miércoles, 29 de septiembre de 2010

Cap. 1 Mi inicio...

¿Alguna vez te has sentido fuera de lugar? Así me sentía yo Shia.
Aún en un mundo lleno de demonios, sacedortisas, híbridos, monjes y demás me sentía fuera de lugar e incluso la más extraña de todos y probablemente lo era.
Nací en una aldea en la que la mayoría eran chinos, (claro que había unos cuantos japoneses) por lo cual tenían creencias diferentes.
Mi aldea veneraba muy en serio al yin y yang. Mi padre era chino, además de un excelente guerrero, mi madre en cambio era una sacerdotisa muy poderosa.
Desde mi nacimiento se notó que estaba destinada a sufrir incontable veces.
Papá quería un niño y cuando nací se llevó una desilusión tan grande que no quiso ver a su hija recién nacida por 2 meses, pero se las ingenió para que su decepción fuera menor: me obligó desde que comencé a caminar a ser como un chico en todos los sentidos: me entrenó en el arte de la espada mientras mi madre me entrenaba con el arco flecha, me enseñó artes marciales y toda clase de cosas que la mayoría de los chicos hacían. Nunca me dijo una palabra de cariño ni hija. Mamá desaprobaba la conducta de mi padre por lo cual era muy cariñosa conmigo pero eso acabaría con una amistad que no era “adecuada”.